Una hipoteca de pago gradual es un préstamo en el que el pago aumenta cada año durante un periodo de tiempo predeterminado (por ejemplo, 5 o 10 años), y luego se convierte en fijo durante el resto del préstamo.

Cuando los tipos de interés son elevados, los prestatarios pueden utilizar una hipoteca de pago gradual para aumentar sus posibilidades de obtener el préstamo porque el pago inicial es menor. La desventaja de optar por un pago inicial menor es que los intereses adeudados aumentan y el déficit de pago de los primeros años del préstamo se añade al préstamo, lo que puede llevar a una situación denominada “amortización negativa”. La amortización negativa se produce cuando el pago del préstamo durante cualquier periodo es inferior a los intereses cobrados durante ese periodo, lo que da lugar a un aumento del saldo pendiente del préstamo.